Enrique Aguirre Nieto
• Morena, tras los pasos de Moreno Valle y Miguel Barbosa
Luego de cinco años convulsos para Puebla (2019-2023), la experiencia de Morena en el gobierno del estado, ha sido todo, menos democrática, constructiva, honesta y transparente. En el pasado inmediato, con el falaz pretexto de un pragmatismo ramplón y viciado de origen, la cúpula de Morena resolvió entregarle todo el poder al peor prospecto disponible en ese momento (LMBH); el resultado de ese entuerto hoy en día lo seguimos pagando y padeciendo más de 4 millones de poblanos.
A diferencia de las decisiones autoritarias del pasado, (PRI y PAN) muchas de ellas ocurrencias banales y corruptelas encubiertas o rebuscadas; las posibilidades de Morena, en 2018 desde fuera, sugerían una propuesta mesurada, plural, “de izquierda”. Y así, sin más, nos endilgaron a Luis Miguel Barbosa Huerta.
El ex priístia, ex perredista y reluciente morenista, debió ser descartado de inmediato, no sólo por su discapacidad física evidente, que le impedía ver, desplazarse y trabajar jornadas completas, como lo requiere la investidura de gobernador del estado. Su incompetencia partía del hecho que Barbosa en Puebla era un desconocido, o a la inversa, era conocido, pero por ser un advenedizo y representar todos los vicios adquiridos en un negro historial político, una suerte de “ladino de izquierda” dispuesto a “mediar” y asesorar a grupos inconformes, pero en donde él y sus allegados siempre obtenían el mayor provecho.
Salvo peculiaridades apenas de color o de forma, de nuevo la amenaza se cierne para Puebla. No es una maldición, ni un destino manifiesto el que sexenalmente nos instala al borde del despeñadero. Es una sociedad clasista, racista, pero, sobre todo está segmentada en liberales y conservadores. Pero desafortunadamente, desde hace más de 70 años, los conservadores, reaccionarios, tienen secuestrada la política y todos los aparatos de gobierno.
Estamos ante una nueva disyuntiva que amenaza con empoderar a viejos y nuevos maleantes provenientes de partidos políticos y agrupaciones caídas en desgracia. Puebla de nuevo vive una encrucijada; se vota por genuinos representantes de los intereses colectivos, o se vota por sujetos rapaces con intereses inconfesables que sólo vienen a medrar, agravar la pobreza y destruir nuestra incipiente cultura política.
La presencia de Mario Delgado, Sergio Salomón Céspedes y Alejandro Armenta Mier como la camarilla que se erguirá como fiel de la balanza para determinar el futuro inmediato de Puebla es, por decirlo de manera sutil, un voto asegurado para un nuevo fracaso de la 4T en Puebla.
Los legítimos anhelos de Carmen, Natalia, Máximo y Aquiles Serdán; el sueño de Juan Nepomuceno Méndez, Juan Crisóstomo Bonilla y Juan Francisco Lucas, junto con Juárez, para heredarnos una patria libre, próspera y feliz, va a caer en manos de una pandilla mercenaria, que lo único que saben es lucrar y beneficiarse de la política. Los resultados están a la vista.
La denuncia para señalar a los traidores y la vigorosa presencia en las calles, en las plazas y en todos los foros posibles, para reencausar los principios básicos de Morena en Puebla, tal vez nos permitan ser parte de un proyecto democrático y no la partida de miles de desencantados que siguen viendo con recelo y desconfianza el detritus que la derecha rapaz de Puebla, llama “Política”.
Puebl@Media
Enrique Aguirre Nieto
Ciudad de Puebla, Mex.
Lunes 22 de enero de 2024.
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