– Un llamamiento al movimiento de protesta de los agricultores
– La Asociación Alemana de Agricultura Campesina (AbL) llama a la solidaridad campesina para un cambio de sistema en la política agrícola
Durante semanas, ha habido feroces protestas por parte de los agricultores de los Países Bajos contra el drástico endurecimiento de las regulaciones ambientales por parte del gobierno. Un tercio de las empresas temen el cierre. En Alemania también hay apoyo a estas acciones en muchos lugares.
Georg Janßen, director general nacional de la Asociación Alemana de Agricultura Campesina (AbL) desde 1985, cree que los problemas y desafíos no se limitan a los Países Bajos. Apela al movimiento de protesta de los agricultores europeos para que abogue constantemente por un cambio de sistema en la política agrícola.
Georg Janßen comenta:
«Es el derecho y el deber de nosotros, los agricultores, luchar por la existencia de nuestras granjas y por la producción de alimentos saludables. Los colegas profesionales de los Países Bajos lo están haciendo con gran compromiso, con acciones de bloqueo y desobediencia civil.
Los problemas de las emisiones excesivas de nitrógeno se conocen desde hace décadas, no solo en los Países Bajos, sino en muchos países europeos. Sin embargo, los responsables de la política agrícola de la UE también llevan décadas allanando el camino con una estrategia de «crecer o ceder», con una política de exportación agrícola cada vez más alta, más rápida, más intensiva y agresiva. Con consecuencias fatales: muertes masivas en granjas, disminución masiva de la biodiversidad, aumento de los conflictos con el medio ambiente, el clima y la protección animal, convulsiones y crisis en los mercados agrícolas y destrucción de los mercados agrícolas en los países del Sur Global.
Pero con este desarrollo, estamos perdiendo el aprecio necesario de la sociedad civil. Los ganadores de este desarrollo fueron y son la industria agrícola y las corporaciones internacionales, que incluso están explotando la brutal guerra en Ucrania para lucrar con el hambre en el mundo con la especulación de los alimentos.
A pesar de todo esto, no debemos ponérnoslo tan fácil y echarle la culpa exclusivamente a la política. Con demasiada frecuencia y demasiados de nosotros hemos aceptado tácitamente, en el mejor de los casos a regañadientes, o incluso hemos apoyado activamente este desarrollo, como el liderazgo de la Unión de Agricultores Alemanes y Europeos, con el fin de estar en el supuesto lado ganador. Los agricultores también tenemos una parte de responsabilidad. Las consecuencias de esta evolución no sólo recaen sobre nuestros colegas neerlandeses, sino sobre todos nosotros.
¿Cómo salimos del desarrollo? No vamos a tener éxito con meras luchas defensivas. Hagamos una oferta ofensiva a los políticos y a la sociedad civil: por una agricultura respetuosa con el medio ambiente, el agua y el clima en todos los ámbitos, por la preservación de la biodiversidad, por la conversión a una cría apropiada para la especie de nuestros animales de granja. Esto exige mucho de nosotros, pero los agricultores pueden hacerlo.
Las propuestas concretas de implementación política han estado sobre la mesa durante mucho tiempo en Bruselas y en los Estados miembros de la UE. Es necesario abordarlos en lugar de hablar de ellos una y otra vez y dejarlos en un segundo plano. ¿Cuándo establecerán finalmente los gobiernos, en consulta con los movimientos de agricultores, las condiciones marco para que el necesario cambio de sistema en la política agrícola europea pueda ser asumido económicamente por las explotaciones? ¿Dónde está la iniciativa del Gobierno federal en este sentido a nivel europeo?
Los partidos populistas de derecha y las organizaciones extremistas de derecha ya están tratando de secuestrar los movimientos de protesta y desquiciar la democracia al mismo tiempo. Por el lado de los campesinos, hacemos bien en no entregarles los estribos, sino en tomar una posición clara contra el odio y la agitación de estas fuerzas en nuestra protesta.
Ahora más que nunca, es importante unir fuerzas con personas que luchan activamente por la justicia social y ambiental aquí y en otros lugares. En lugar de mirarse a uno mismo, dividirse y aislarse, es hora de mirar cómo les va a otras personas aquí y en todo el mundo. Esta es nuestra solidaridad campesina».
Fuente: AbL
Bruselas, Bélgica
Martes 27/02/2024.
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