Jesús Ramos
Una moneda de referencia del gobernador Sergio Salomón, eso es Julio Huerta para el mercado del 2024. Como en la bolsa de valores tiene sentido preguntarnos: ¿cuánto vale en este momento y qué especuladores estarían dispuestos a invertir en él?
Todo mandatario saliente necesita esa divisa para entrar a la puja de las negociaciones políticas propias de una sucesión como la de Puebla, con ella obtiene puestos de elección popular e inmunidad.
Su valor hoy en día es relativamente bajo. Y los pronósticos del asunto es que de aquí a la toma de decisiones de Morena para la candidatura a Ejecutivo del Estado difícilmente igualará la cotización de Alejandro Armenta y Nacho Mier.
Julio se proyecta como un agente importante por el cargo que ostenta en el gabinete, proyección bien comprendida por presidentes municipales y prensa. Pero nada cambia, siguen tasándolo abajo de los primos Mier y con posibilidades remotas.
Sin embargo, aún con esas deficiencias, seguirá siendo la moneda de cambio para el mandatario por razones meramente políticas y de conveniencia personal, necesita de ella siendo devaluada o valiosa.
Tristemente es lo primero. Julio es para muchos poblanos intragable, inmasticable por su parentesco consanguíneo con Barbosa y por ser la mano de hierro con la que el difunto golpeaba a sus enemigos.
El brazo con el que sometía a los alcaldes por mucho que cabalguen en las praderas serranas y le entren recio a los tacos de carnitas después de las cabalgatas, incluso que le muestren buena cara y juren estar con él en lo que venga.
Con Julio no juega en lo absoluto el mandatario estatal la sucesión de Puebla, eso es mentira o falta de comprensión. Tampoco es su apuesta a muerte. Con él apenas tiene una divisa de intercambio para hacerla efectiva allá después con Morena nacional, el candidato a gobernador que resulte y el Presidente de la República.
Por eso es interesante preguntarnos: ¿vale mucho? En la respuesta está la realidad de su cotización. Si escala en los meses venideros por supuesto que conviene a Sergio Salomón y al propio Julio. Si no lo hace, uno y otro obtendrán poco en las negociaciones por su escasa valía.
En política aplica a rajatabla la máxima materialista aquella, dime quién eres y te diré cuánto vales. Ricardo Raphael lo consignó magistralmente en su libro Los socios de Elba Esther, la repartición de puestos de elección e impunidad están estrechamente ligados a la estatura del personaje político.
Una elección constitucional de gobernador se financia con recursos partidarios, pero también a través de inversionistas privados deseosos de negocios y facilidades burocráticas futuras.
Con los primos Mier peleando palmo a palmo la gubernatura día tras día, acaparando luminarias y percibiéndose como triunfadores del 24, complicado está que los empresarios de campañas piensen en Julio Huerta para invertir y los poblanos le tomen en serio. ¿O sí?
Diario Repórter
Jesús Ramos
Puebla, México
Lunes 10 de abril de 2023.
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