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Trasfondos históricos y tensiones diplomáticas de AMLO, bajo la óptica de Lorenzo Meyer

Lorenzo Meyer, profesor emérito del Colegio de México y articulista de esta casa editorial, sostiene que hay trasfondos históricos que el propio presidente considera. (Especial)

En el caso particular de España, Lorenzo Meyer recuerda que la relación ha pasado por altas y bajas

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha generado tensiones y conflictos diplomáticos con países cuyas relaciones históricas se mantenían estables, tales son los casos de España, Estados Unidos y Panamá, naciones que han recibido críticas por parte del titular del Ejecutivo por estar en desacuerdo con su línea de Gobierno.

Lorenzo Meyer, profesor emérito del Colegio de México y articulista de esta casa editorial, sostiene que hay trasfondos históricos que el propio presidente considera, sin embargo, hay puntos que se deben de destacar.

En el caso particular de España, ante los dichos a media semana de hacer «una pausa en las relaciones», el eco de los pronunciamientos generó una ola de críticas en ambas naciones. Meyer por su parte asegura que si bien dicha relación ha estado marcada por altibajos, «son las empresas españolas a las que sí se les pasó la mano con sus contratos».

Sobre Estados Unidos, Meyer asegura que la relación ha sido más cautelosa, pues ese país necesita de México y viceversa, por lo que las tensiones están más orilladas al plano de cooperación comercial y lo que implican las reformas de Estado que promueve el Ejecutivo.

Del caso Panamá, sobre la propuesta rechazada de Pedro Salmerón como embajador, el experto en relaciones internacionales detalló que el problema es más de México que de la nación centroamericana, sobre todo por la desatención a los grupos feministas que López Obrador ha ignorado desde que inició su sexenio.

-Durante la conferencia matutina del 9 de febrero, el presidente López Obrador dijo que se quería dar un tiempo con las relaciones con España ¿A qué vamos con esto?

Yo puedo responder con una versión histórica… Esa relación ha pasado por altas y bajas, por lo que a la larga no me extraña que sea así. Es una relación difícil.

México nace de España tras una guerra muy cruenta que fue la de Independencia, y a partir de ese momento, los acuerdos y desacuerdos surgen con gran frecuencia.

En un principio la presencia española es muy aceptada por las clases altas, pero no por las bajas; si ahora hay crisis, imagínese las de ese entonces, cuando se ordenó la expulsión de los europeos del país.

Lo interesante es lo radical que era la relación, los españoles no eran realmente extranjeros en el país, pues nacieron aquí.

Pasando al Siglo XIX las relaciones se mantenían muy difíciles, pues la corona española no quería reconocer la Independencia. Ese período, sin embargo, sirvió para que otros países, Inglaterra por ejemplo, firmaran acuerdos muy importantes con México y le comieran el mandado a España, pero siguieron los reclamos. Luego viene el Segundo Imperio con Maximiliano… Hay un reconocimiento, pero se le fusila y nuevamente hay complicaciones, hasta que llega Porfirio (Díaz).

Con Porfirio hay realmente un acercamiento, pues uno de los grandes inversores, que déjeme decirle que los grandes capitales no vinieron de España, se hicieron aquí, fue el de Íñigo Noriega.

Llega la Revolución y otra vez hay expulsión de españoles, daños a sus propiedades… Pero España no puede romper relaciones con México porque tiene inversiones; la parte dañada serían ellos.

Con la República Española (época donde Francisco Franco se apostó como dictador) fue otra situación. La Gran Depresión es otro ejemplo, con influencia el General (Plutarco Elías) Calles, quien ya no era presidente pero era el que gobernaba, ordenó la compra de buques, para que los astilleros españoles tuvieran trabajo.

Esto no es nuevo, pues se dijo en esa mañanera (9 de febrero) que Pemex compró buques que no iba a utilizar.

Recordemos que México tenía una representación con el gobierno de Franco, pese a que no se reconocían. Era una relación muy rara.

Hay que recordar que (Luis) Echeverría propuso en Naciones Unidas la expulsión de España, porque había ajusticiado a unos jóvenes vascos, España le respondió que se acordará del 2 de octubre de 1968.

Muerto Franco y la llegada de López Portillo a la Presidencia de México, bueno ahí si la representación de España fue de a de veras. Las relaciones se pusieron muy buenas, pero si hay que reconocer que se les pasó la mano a Repsol, Iberdrola y OHL en sus relaciones como contratistas con el Gobierno mexicano, y que esos contratos tienen problemas… ahí está el nudo.

Tenemos una relación formal, la Embajada va a seguir funcionando y el beneplácito de Quirino Ordaz se ha tardado, que es un mensaje de que está resentida España por querer modificar los contratos.

Pero además está otro tema, uno cultural y el cual no es peculiar, el cual es la petición de López Obrador de pedir disculpas por la explotación y discriminación, a lo que el Gobierno español dijo que ni de broma, no tenemos de que arrepentirnos.

México no necesita a España ya, no la necesitó nunca después de la Independencia, España perdió la oportunidad de firmar un tratado y tener condiciones excepcionales para el intercambio, no quiso, México necesitaba de eso y de aquí pa’l real va siendo Inglaterra, Francia, pero sobre todo Estados Unidos.

México está absolutamente ligado en lo económico a Estados Unidos, ahí sí hay que ser muy cuidadoso en lo que se dice y hace.

-¿Cómo nos afectan los golpeteos que se han estado dando, sobre todo ahora con la reforma eléctrica con Estados Unidos?

Pues primero hay que pedirle explicaciones al embajador Ken Salazar (quien primero apoyó la reforma y después aseguró que se promueven energías caras y sucias) por contradecirse. No es la mejor forma de negociar.

Siempre que hay cambios estructurales en México, tenemos problemas con Estados Unidos, ¿qué pasó a principios del siglo pasado?, bueno, entre otras cosas, la deuda externa mexicana, las reclamaciones norteamericanas y el petróleo… Y vaya que sí costó, y se decía lo mismo que ahora… Desde 1911 se empezó a dibujar la Reforma Eléctrica, con (Francisco I.) Madero, pero fue después cuando se dijo, el petróleo en el subsuelo es nuestro, pero las empresas responden que se les dio la propiedad del petróleo por los derechos del subsuelo.

Desde Carranza hasta Calles hubo crisis, pero con Calles hubo una crisis de verdad, porque firmó la primera ley petrolera desde la Revolución, pues se les dio a las empresas un período de tiempo que dibujó una crisis, el petróleo no es de la nación.

Finalmente llegó 1938, y el general (Lázaro) Cárdenas usando, no argumento legales, sino al Sindicato Petrolero que acaba de formar, se lanza al choque con las empresas, a la huelga por el incumplimiento de los acuerdos con la Junta de Conciliación y Arbitraje, que es un pretexto, y se toma el petróleo usando también la coyuntura.

La Segunda Guerra Mundial ya está naciendo, Estados Unidos no puede lanzarse tan duro contra México y se nacionaliza el petróleo.

Albares afirmó que ya habló con el titular de la SRE, Marcelo Ebrard, sobre la situación

Cambian los Gobiernos y es cuando se decide hacer la Reforma Energética, e invitar a montones de empresas extranjeras a tomar pedacitos de tierra durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto.

Pero al final, ese ya no es un problema, pues no han puesto dinero extranjero en esto… Ahora viene la Comisión Federal de Electricidad, y lo que el Gobierno federal señala es que aquí hay un problema de seguridad nacional.

Estados Unidos, hay que reconocerlo, tiene sutileza, manda al embajador a decir una cosa, y luego dice otra, llega John Kerry (enviado especial para el clima) y antes estuvo la secretaria de Energía.

Estados Unidos está acostumbrado a negociar esas cosas, como la mayoría de mercado que tendrá Petróleos Mexicanos, y ese país no tiene ningún interés en desestabilizar al Gobierno mexicano, ya tiene bastante problemas fuera.

¿Acertados o arriesgados los movimientos del presidente López Obrador?

En política, cuando se quiere hacer cambios se arriesga, si se quiere seguir con la inercia, también existe, se pueden tener crisis.

La política está siempre en incertidumbre, y nuestra capacidad de predecir es muy limitada.

El General Cárdenas no sabía que le iba a salir bien la Expropiación Petrolera, pero eso sí tomó en cuenta las tensiones de Estados Unidos como la Guerra y frente abierto con Japón… Andrés Manuel tiene apoyo social, y sí lo ha movilizado y lo puede volver a movilizar.

No hay una crisis mundial que distraiga a Estados Unidos mucho, pero tiene que reconocerse que se enfrenta a un Gobierno con apoyo mayoritario, y va a poner en crisis toda la compleja red de intereses.

Si con China, con quien tiene grandes problemas, más con nosotros por ser su segundo socio comercial.

-¿Con Panamá, Salmerón, Jesusa, cómo vamos en este caso?

Desde el Siglo XIX hemos tenido problemas con los países latinoamericanos, más con sus líderes.

México no le da mucha importancia a Panamá y viceversa.

Tenemos una gran cantidad de relaciones diplomáticas que son más simbólicas que efectivas.

El caso Salmerón es más importante en México, no en Panamá, pues es de los movimientos feministas… el caldero está hirviendo ahí, pero no tiene mayor importancia, pues no se necesitan embajadores.

Ya se calmarán los ánimos, pero no son relaciones sustantivas.

El Siglo de Torreón
Carlos G. González
Ciudad de México
Sábado 12 de febrero de 2022.

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