Opinión

#Prince Consort / El príncipe consorte

Enrique Aguirre

A propósito de la cada vez más cuestionada nobleza y su función en el mundo globalizado, tengo un recuerdo fresco en la memoria, a propósito de los príncipes consortes y su todavía más discutida justificación…

A pocos meses o años de que arrancara el nuevo milenio, René Avilés Fabila cosechaba homenajes y parabienes a lo largo del territorio nacional, por el legado cultural dejado en medio siglo de fructífera labor dentro y fuera de las instituciones. La Universidad Autónoma de Puebla (UAP) no fue ajena a ese tipo de convites. Hasta donde recuerdo fueron más de uno, por no decir que varios.

René gustaba de venir a Puebla y en serio disfrutaba la ciudad en sus breves estancias, casi siempre acompañado de su esposa Rosario Casco Montoya, quien ahora está a cargo de la fundación que lleva el nombre del ya desaparecido escritor.

No sé si deba subraya el carácter irreverente y desenfadado de René, que lo hacía un excelente conversador y crudo critico de nuestra naturaleza mexicana empeñada en ir contra corriente en nuestro afán de nación en vías de desarrollo.

Por muy cultos que parecieran algunos funcionarios universitarios, el ejercicio no pasaba de ser una actividad dentro de las relaciones públicas de la institución, así que para el evento aplicaban una serie de restricciones de forma. Un salón en algún excelente restaurante del enorme abanico que ofrece Puebla, un número limitado de invitados del escritor y otro tanto de la institución, y como decimos en la Sierra Norte: “¡Que se hague el fiesta!”

José Martínez, amigo entrañable de René y también mío, tuvo la generosidad de invitarme al convivio y sin peros de por medio, prometí llegar al banquete. Llegué, seguramente con mi indeleble facha de reportero. El problema fue que arribé antes que René y José, así que con el primero que topé fue con un funcionario de cuarta, al que, el titular de Cultura, mandó de avanzada para cuidar las sillas, tal vez. A pesar de conocerme, le pareció prudente desinvitarme y cumplir su tarea encomendada de perro cancerbero. Me dijo que no estaba invitado y que lo disculpara.

Desde mis inicios como reportero, en donde es muy común que te inviten un café, un trago o a comer, para compartirte información, aprendí que debes llevar dinero suficiente para pagar tu consumo. Por elemental garantía de tu trabajo. Pueden surgir discrepancias con tu interlocutor en la forma o fondo del material que pretendes conseguir. Suspender, pagar y salir, es lo aconsejado para mantener tu independencia. Supuse que lo mejor era ir a la planta baja y ordenar una comida, y saludar a René y a José al final del homenaje.

Por suerte Avilés y Martínez aparecieron, pero un tercero venía con ellos, era un propio mandado por el titular de Cultura que, apesadumbrado, discutía por los lugares de invitados no considerados por la institución.

Martínez y Avilés increparon al burócrata y le dijeron que, todo lo que consideraran fuera del presupuesto establecido por la universidad, lo cargaran a la cuenta de ellos. Pero el burócrata insistía en que se cumpliera la instrucción que tenía de su jefe.

En medio de esa discusión absurda y grosera, se hizo una especie de recuento de quiénes sí deberían de estar y quiénes no. Obviamente, el dedo flamígero de los “Gutierritos” o los “Godínez” nos volvieron a dar una repasada. Pero no sólo a mí, incluyeron a otros invitados de último momento de René.

Al fondo del pasillo, un sujeto de inconfundible facha de chilango, estaba al tanto de la discusión, pero a la vez trataba de mantenerse ajeno. René acostumbraba invitar a uno o dos de sus asistentes a este tipo de reuniones de trabajo, con todo y homenaje. Una ayudante de René, sin consultarlo invitó a su novio a venir a Puebla y hacerlo partícipe del agasajo. Así, salió a relucir esa extraña presencia que no aparecía en la lista del burócrata de la UAP.

José, ya visiblemente contrariado también preguntó: “¿Y bueno, ¿quién es él?” René, presto contestó: -Viene con Fulana, (dio el nombre de su asistente)-

Y para subrayar lo inevitable de la situación, dijo: -“No mames, es el príncipe consorte”.

Fin de la anécdota, a propósito de la inútil función de la nobleza y sus personajes…

Un breve recuento sobre René Avilés Fabila

Nació en la Ciudad de México, el 15 de noviembre de 1940; muere el 9 de octubre de 2016. Ensayista, narrador y periodista. Estudió Relaciones internacionales en la UNAM y realizó estudios de posgrado en París, Francia. Fue profesor en la UAM y en la UNAM; director general de Difusión Cultural UNAM; coordinador del taller de novela del INBA; director de El Búho y El Universo del Búho; coordinador de Extensión Universitaria de la UAM-X; director del Centro de Escritores Juan José Arreola; coeditor de Historia y Sociedad; cofundador de Unomásuno. Director del programa radiofónico cultural “Universo de la Cultura”, transmitido por el IMER. Colaborador de El Búho, Excélsior, Juego de Hojas, La Cultura en México, Mester, Revista de la Universidad de México y Volantín, entre otras publicaciones periódicas. Becario del CME, 1965. Miembro del SNCA de 1994 a 2003 y miembro de la Sociedad Europea de Cultura (de Venecia, Italia), desde 1996. Es cofundador y director de la revista mensual El Búho y creó su propia fundación para fomentar la cultura, Fundación René Avilés Fabila, A. C. Entre otros premios y reconocimientos, recibió el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México por mejor suplemento cultural en El Búho, en 1990. Premio Nacional de Periodismo de México por divulgación cultural 1991. Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México por mejor artículo de fondo 1992 y el Premio Nacional de Narrativa Colima para Obra Publicada 1997 (actual Premio Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada) por Los animales prodigiosos. En 2006, fue designado como Ombudsman defensor de los periodistas del diario regional Síntesis. En 2010, recibió la Medalla Veracruz por sus méritos literarios, otorgada por el Gobierno del Estado de Veracruz. En ese mismo año, fue nombrado Profesor Distinguido por la UAM. Medalla de Bellas Artes 2014. En 2008 fue inaugurado el Museo del Escritor, cuya base fue el archivo personal de René Avilés Fabila. Parte de su obra literaria ha sido traducida al inglés, francés, alemán, italiano, chino, coreano, ruso y serbo-croata. En 2011, el INBA le rindió un homenaje por sus 50 años de trayectoria como escritor y sus 70 años de vida. También recibió múltiples homenajes por 25, 40, 45 y 50 años como escritor, organizados por la UNAM, la UAM, el IPN, el CNCA y el FCE, entre otras instituciones.

Puebl@Media
Enrique Aguirre Nieto
Ciudad de Puebla, Mx.
Viernes 9 de abril de 2021.

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