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Elecciones en ASSA de México

Manuel Fuentes

Manuel Fuentes

• El voto secreto que vuela y tira líderes

• Un quinto intento de reelección del líder en funciones de ASSA de México se derrumbó a costa de cada boleta que cayó en las urnas transparentes.

Para el mediodía del viernes 11 de noviembre la noticia volaba por todos lados, como esos aviones donde laboran los y las sobrecargos. Los gritos por doquier eran incontenibles, los WhatsApp, las llamadas telefónicas, las porras eran delirantes anunciando el triunfo de Ada Salazar para la secretaría general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA de México).

Un quinto intento de reelección del líder en funciones se derrumbaba a costa de cada boleta que caía en las urnas transparentes. Fueron 1814 contra 1002 votos expresados de manera secreta, vigilados escrupulosamente por visores del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral entre el primero y el diez de noviembre de este 2022.

Tuvieron que presentarse cientos de firmas para solicitarle a la autoridad laboral que mandara vigilar el proceso para evitar trampas y requiriera al líder reeleccionista dar cuentas claras. Las y los sobrecargos hasta hicieron manifestaciones por varios días para demandar su intervención, y ante la tardanza, presentaron un amparo para que se les diera respuesta.

La autoridad laboral respondió con su presencia, y esta acción gubernamental impactó de manera positiva en la confianza de los agremiados de ASSA de México. Los y las agremiadas llegaban en silencio al local sindical, se miraban unos a otros, apenas sonreían, saludaban de lejos, y fue cuando, en esos momentos de conexión, se percataron que el voto lo podían emitir con libertad porque los enviados del gobierno estaban presentes.

Las amenazas vertidas en días anteriores de perder el empleo si no apoyaban al líder sindical se fueron desvaneciendo. Hubo agremiados que demostraban inquietud antes del proceso, pero al llegar a la mampara cambiaban su faz para expresar tranquilidad al darse cuenta de que existía una real secrecía para ejercer su voto por la presencia de los verificadores del Centro Federal.

Se observaba que la boleta la doblaban una y otra vez para proteger el secreto de su voto lo más posible. Al momento del sufragio corría en el ambiente una enorme tensión, sin embargo, al salir del lugar los agremiados, era como si apareciera un sol, expresando su alegría sin resquemor.

Había una euforia de triunfo previa a que se dieran a conocer los resultados, era una sensación extraña. Muchas miradas se entrecruzaban y parecían conectadas al mismo tiempo. Los votos de la oposición que lideraba Ada Salazar fueron creciendo ante los ojos incrédulos del líder sindical, que se sentía imbatible. Aparecían gritos contenidos y después fueron imparables, como una fiesta de carnaval.

La noticia del triunfo de Ada corrió como huracán por todas las oficinas, hasta escurría por debajo de las puertas de los reductos de los altos directivos de la empresa, en los vuelos nacionales e internacionales, en decenas de aeropuertos, en distintos niveles de gobierno, en los sindicatos; hasta el Presidente de la República en su mañanera hizo mención de las votaciones ejemplares en el sindicato de sobrecargos, que en un 85% está conformada por dignas mujeres.

ASSA de México fue reconocida, por la entonces oficina de Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el 13 de mayo de 1960, pero nunca antes había vivido un proceso como este para lograr que la democracia se hiciera efectiva. Costó trabajo, despidos, desvelos, represalias, pero la rebeldía por reivindicar un sindicato verdadero no la pudieron doblegar.

Cuando se logran resultados como estos, por el trabajo de hombres y mujeres destacadas con prolongadas y agotadoras jornadas en los aviones comerciales, se empieza a entender el papel de un sindicato. No sólo es un espacio para el estudio, defensa y mejoramiento de derechos, sino un medio para ir construyendo la dignidad y el respeto por un trabajo incomprendido.

Entender que las organizaciones sindicales no son escondites de liderazgos anticuados de una sola voz, sino una expresión colectiva que está harta de vivir bajo cualquier signo de opresión. Que los sindicatos no pueden ser instrumentos de una empresa para imponer los intereses del capital, sino el equilibrio responsable con la fuerza de trabajo.

Son tiempos para descubrir que el voto se va forjando en una labor cotidiana que no sólo es capaz de volar construyendo sueños, sino que también es una fuerza colectiva que tira líderes que se fueron caminando solos y en sentido contrario.

De otros avatares

El viernes pasado fui invitado a la ciudad de Monterrey, en las instalaciones de la Federación Nacional de Asociaciones Sindicales Autónomas (FENASA), para comentar los posibles escenarios que se avizoran después del 1º de mayo de 2023 con motivo de la reforma laboral.

Me encontré con líderes sindicales de todo el país que, desde su raíz, fueron trabajadores de base, y que ahora promueven procesos de democratización en sus centros de trabajo y una comunicación constante con sus más de 40 mil agremiados de las distintas ramas de producción como la siderúrgica, papel, alimenticia, minería, fibras, automotriz, construcción, bienes y servicios.

Corren nuevas bocanadas de oxígeno en el sindicalismo mexicano.

La Silla Rota
Puebl@Media
Manuel Fuentes M.
Ciudad de México
Martes 22 de noviembre de 2022.

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