Carlos Ferreyra
De memoria
Cuando nos echaron virtualmente a patadas los mariguanos contratados para imponer a Regino Díaz Redondo en la dirección de Excélsior, hubo reuniones a pasto, unas para heroicamente regresar y con violencia recuperar el periódico, otras para imaginar otro diario y muchos más para echar a andar un mecanismo de apoyo para recaudar fondos y crear un semanario.
Lo que sigue lo recordamos todos. Nacieron Proceso y Unomásuno, pero eso llevó tiempo y no todos estábamos en posibilidad de rascarnos la barriga. Invitado por Jesús Michel, caí en El Sol de México con don Dueño pero bajo la batuta de un periodista ejemplar, reconocido por todo el mundo: Benjamín Wong Castañeda.
No hubo desdoro en laborar para ese medio conducido por un señor que restructuró la redacción, privilegió la investigación y modernizó los recursos para la obtención de lo que ofrecía cotidianamente a los lectores.
Allí conocí a la Lira (Carmen, no la guitarra), y a media docena más que fuimos agrupados en lo que el director Wong, llamaba la Redacción Negra.
Para nuestras investigaciones contábamos con un promedio de quince días. Vehículos, chofer y fotógrafo personal. Me parecía más que suficiente, pero Lira y alguien más, pretendían plazos de hasta tres meses para sus investigaciones. No recuerdo una sola que, a pesar de tanta facilidad, conmoviera al mundo… bueno, a México, quizá al DF o al menos a la Colonia San Rafael donde está la sede del medio.
Pasó tiempo, hubo cambio, salió Wong y llegó Mario Moya Palencia con respaldo del subdirector, Enrique Mendoza Morales. Fue una transición de seda, sin complicaciones.
Lira, convertida en cabecilla, exigía la renuncia de todos y la solidaridad de periódicos nacionales y extranjeros. Mi opinión sobre el asunto, fue que no equipararía la facultad de don Dueño para alquilar al director que más le plugiera, con el criminal golpe político a Excélsior.
Hubo cuatro, cinco renuncias y ninguna mención de apoyo de los medios. El asunto, simplificando, era la ridícula mención con foto de merenguero al canto, sobre el inútil servicio militar y el comentario de Edmundo Domínguez Aragonés sobre el mismo tema.
Wong rechazó suprimir ambos textos. Don Dueño, concesionario con su hermano para introducción de explosivos al país, mismos que surtían la Fábrica Nacional de Armas, sintió temblores en el bolsillo. Eso, pese a que los materiales citados no hubiesen inquietado ni al cabo de guardia del más lejano cuartel.
Cuando nació UnomásUno sentí que mi lugar estaba allí. Poco tiempo después y tras un desacuerdo con don Dueño, corrí a pedir amparo con quienes consideraba mi familia profesional.
Un corchetito: el día que por instrucciones de don Dueño fui despedido, pude saludarlo mientras cubría la comida del Día de la Libertad de Prensa, acto en el que además recibí de manos del presidente mi diploma y medalla como Premio Nacional, categoría reportaje. Fue un saludo cordial al menos de mi lado.
Me presenté en la redacción inicial del Uno, en Miguel Ángel, Mixcoac. El director Manuel Becerra Acosta como si hubiese sido previamente acordado, me indicó que le pidiera mi orden de trabajo a Marco Aurelio Carballo.
Lo encontré en un cafetín vecino, desayunando acompañado de su cohorte periodística. Ácido como en ocasiones solía ser, me comentó que el tiempo que había tardado para sumarme al periódico, sería el que tendría que cubrir la guardia caballona. Acepté, tomé un café infame y regresé al diario.
Allí, no recuerdo quien fue, me preguntó por mi orden. Respondí y de inmediato salió de su oficina Becerra quien dijo que no se desperdiciaría un reportero de experiencia en esa guardia. Y ordenó a MAC que rectificara.
Así llegué, así me encontré nuevamente con Lira y así conocí al editor librero Carlos Payán. A María Luisa Mendoza, La China, le llame para darle la buena nueva. Se alegró y tras felicitarme por el director me preguntó quién era el segundo de a bordo. La di el nombre de Payán. Su reacción fue simpática:
¿Carlitos Payán, el tesorero del Infonavit… y qué sabe de periodismo Carlitos? Es muy buena gente, salúdalo y si puedes ayúdalo…
(La Historia sigue hasta llegar a La Jornada, pasando por el despojo a los cooperativistas del Unomásuno).
De memoria
Puebl@Media
Carlos Ferreyra
Ciudad de México
Viernes 2 abril 2021.
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