Opinión

Conjeturas sobre una posible gobernadora en Puebla

En Morena Puebla, al estilo de las aberrantes películas de Juan Orol; se enfrentan los malos contra los peores. El final, casi previsible. Foto / Agencia Enfoque

Carlos Figueroa Ibarra

A unos meses del momento en que en Morena se definirán las candidaturas presidenciales y las de gubernaturas de entidades, cada vez es más posible pensar que el género escogido para Puebla sea el femenino. Se percibe tanto esto en el ambiente, que uno de los principales pretendientes a ser el candidato de la coalición encabezada por Morena, Ignacio Mier Velazco, quien en una conferencia de prensa no descartó esa eventualidad y mencionó a su hija como posibilidad. Independientemente de que la propia Daniela Mier se bajó de una posible precandidatura a la gubernatura de Puebla, es un hecho de que en el ambiente se respira una candidatura femenina.

Una carta ponderando las virtudes de María Luisa Albores, la actual secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) obtuvo en unas cuantas horas más de dos mil adhesiones. Varios actores político/as en Puebla han expresado opiniones aprobatorias con respecto a esta posibilidad. Tanto fue así, que la otra posibilidad femenina de Morena para la gubernatura, Claudia Rivera Vivanco, se vio obligada a pronunciarse en el sentido de que en “Morena es un espacio muy amplio, donde caben todas, caben todos…”.

En 2024 se elegirán gubernaturas en nueve estados del país. En algunas de estas entidades ya existen en Morena precandidaturas muy fuertes por lo que sería un despropósito descartarlas en función de la equidad de género. En Veracruz advierto en Rocío Nahle una sólida posibilidad si logra sobrepasar el obstáculo jurídico de no haber nacido en Veracruz. También advierto en Chiapas a Zoé Robledo y en Guanajuato a Ricardo Sheffield que le lleva 20 puntos de ventaja a otra precandidata, Antares Vázquez. Y existe la posibilidad de Malú Micher.

Quedan seis entidades más. En las encuestas que he consultado, los porcentajes sobre quienes encabezan las preferencias en dichas entidades son oscilantes y hasta contradictorias. Aun así, puedo concluir provisionalmente que, en la Ciudad de México, Omar García Harfuch y Clara Brugada encabezan las preferencias. En Tabasco, Javier May y Yolanda Osuna son los precandidatos punteros. En Morelos, Rabinandrath Salazar y Lucía Meza; en Yucatán, Joaquín Díaz Mena y Verónica Camino Farjat. En Jalisco son dos hombres los que tienen mayores porcentajes: Carlos Lomelí y Luis Alberto Michel. Por ello que aumentan las probabilidades de que en dicho estado sea un candidato masculino.

Así las cosas, no es para nada descartable ver a una mujer encabezando la candidatura a la gubernatura de Puebla.

María Luisa Albores, Claudia Rivera Vivanco y Olivia Salomón son los nombres más mencionados. Las primeras dos son expresión auténtica de la militancia de Morena durante muchos años. Olivia Salomón es una empresaria inmobiliaria exitosa en el desarrollo urbanístico de Angelópolis y sin ninguna trayectoria en el seno de la izquierda. Los precandidatos masculinos Ignacio Mier Velazco y Alejandro Armenta son fieles representantes de los cuadros priistas que transitaron a Morena en el contexto del previsible triunfo en 2018 de Andrés Manuel López Obrador.

Ciertamente Nacho Mier fue en 2006 candidato a senador por la Coalición por el bien de todos, pero una vez perdida la elección regresó a la administración municipal priista encabezada por Enrique Doger. En el contexto actual se ha recordado su voto a favor del FOBAPROA como diputado del PRI.

Alejandro Armenta apareció en Morena en 2017 y a los tres meses ya expresaba claramente su pretensión de ser el candidato a gobernador en 2018. Difícilmente podría eludir el señalamiento de Andrés Manuel de que “a Morena no se llegaba por ocupar cargos”. En 2019, cuando se hicieron nuevas elecciones a la gubernatura en Puebla, siguiendo las instrucciones de Ricardo Monreal, hizo todo lo posible por reventar la candidatura de Luis Miguel Barbosa en el clásico espíritu de “quítate tú porque voy yo”. El tercer precandidato, Julio Huerta ha llegado a serlo porque la carta del gobernador Barbosa para 2024, tuvo que usarse al fallecimiento de este. También porque adquirió una enorme preponderancia en el gobierno del estado por ser primo del fallecido gobernador.

Creo que el entusiasmo por la posibilidad de la candidatura de María Luisa Albores se explica por el hastío que invade a Morena por estar impulsando a puestos de representación popular a antiguos priistas y panistas o advenedizos sin consistencia política. También porque resulta más viable su eventual candidatura a la gubernatura, que la de Claudia Rivera Vivanco. Claudia aparece como muy conocida en las encuestas, pero con un alto porcentaje de negativos. Es muy probable que fuese derrotada por la oposición en todo el casco metropolitano sin que tuviera un antídoto organizando el voto rural con liderazgos regionales (algunos de ellos muy cuestionables) como lo hizo Luis Miguel Barbosa en 2019.

María Luisa Albores representa genuinamente el espíritu de la 4T por su trayectoria. Sin necesidad de espectaculares de propaganda encubierta ni faraónicos actos públicos, ni un notable dispendio en publicidad, su nombre ya es una realidad política para la sucesión en la gubernatura. Es un precedente de lo que sucederá si declara abiertamente su intención en participar. Por eso, yo con María Luisa.

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Carlos Figueroa Ibarra
Ciudad de Puebla, Mx.
Martes 02 de mayo de 202

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